Premio Nobel de Hijoputez

Al César lo que es del César, y a esas alimañas del averno reconocerles su mérito: ¡Lo habéis logrado! Habéis transformado al ser humano a vuestra imagen y semejanza, en un tiempo record, sin que este se dé cuenta, y con la coartada perfecta de que toda esta insoportable tortura es por nuestro bien. Hemos aplaudido a las ocho en punto a nuestros carceleros; hemos sufragado a los ladrones de nuestra hacienda; hemos votado (una y otra vez) al actor secundario que habéis elegido como mayordomo de vuestras fechorías; hemos hecho fila para que nos intoxicaran; y hemos perseguido como delincuente a aquel que no os obedecía.